Respirar correctamente es una de las claves para disfrutar y rendir más en la natación. A diferencia de otros deportes, en el agua la respiración requiere un mayor control y coordinación, ya que no podemos inspirar libremente en cualquier momento.
En este artículo te explicamos cómo debe ser la respiración en natación, qué ejercicios puedes practicar y qué errores evitar para ganar confianza y eficiencia bajo el agua.
¿Cómo se respira correctamente al nadar?
A diferencia de cuando estamos fuera del agua, en natación la respiración se vuelve un proceso voluntario y planificado. Además, el patrón respiratorio se invierte:
- Se inspira por la boca (de forma rápida, cuando sacamos la cabeza).
- Se exhala por la nariz (de forma lenta, mientras estamos sumergidos/as).
Este patrón permite llenar más rápidamente los pulmones y mantener la boca libre para tomar aire en cuanto esté fuera del agua.
Control de la respiración en natación
Uno de los errores más frecuentes en nadadores principiantes es respirar con demasiada frecuencia. Respirar por cada brazada genera fatiga y descontrol. Lo ideal es respirar cada 3 o 4 brazadas, permitiendo mantener un ritmo constante y eficiente.
Ejercicios para mejorar la respiración
Antes de lanzarte a nadar largas distancias, puedes practicar fuera o dentro del agua algunos ejercicios de control respiratorio:
1. Soplar una pelota sobre el agua
Toma una bocanada grande de aire y sopla lentamente sobre una pelota de ping pong flotante, intentando desplazarla varios metros sin cortar el flujo de aire.
2. Soplo progresivo en el agua
Coge aire por la boca y suéltalo suavemente por la nariz mientras alternas la cara dentro y fuera del agua. Este ejercicio ayuda a controlar el ritmo y a evitar la entrada de agua en la nariz.
Práctica del estilo crol y respiración lateral
El estilo crol es ideal para aprender a coordinar brazada y respiración:
- Inspira por la boca cuando giras la cabeza hacia el lado del brazo que está fuera del agua.
- Exhala lentamente por la nariz mientras das la siguiente brazada con el brazo opuesto.
Consejo: Practica la respiración bilateral (ambos lados), aunque al principio te resulte más cómodo un lado. Esto ayuda a equilibrar la técnica y mejora la simetría del nado.
Apnea y capacidad pulmonar
La práctica de la apnea (aguantar la respiración bajo el agua) aumenta la capacidad pulmonar y mejora la tolerancia a niveles bajos de oxígeno. Este entrenamiento debe hacerse de forma controlada y progresiva, nunca forzando al límite.
Qué pasa si respiras mal al nadar
Una respiración ineficaz puede provocar:
- Fatiga prematura.
- Mareos por mala oxigenación.
- Tos o atragantamientos si entra agua en las vías respiratorias.
- Descoordinación entre respiración y brazada.
La técnica adecuada evita todos estos problemas y mejora notablemente el rendimiento.
¿Y si tengo congestión nasal?
Si tienes mucosidad o congestión, es recomendable usar un spray nasal con agua de mar y manzanilla antes de nadar. Así facilitarás la exhalación por la nariz y evitarás molestias. Solo en casos puntuales y de aprendizaje, se puede usar una pinza nasal, pero no se recomienda como técnica permanente.
Señales de que estás respirando mal en el agua
- Sensación constante de ahogo.
- No expulsas bien el aire y acumulas dióxido de carbono (CO₂).
- Tomas aire en el momento equivocado y tragas agua.
- Mareo o tensión muscular sin causa aparente.
Recuerda que respirar bien se entrena. La constancia y los ejercicios adecuados harán que mejores poco a poco.
Conclusión
Respirar correctamente al nadar es tan importante como la técnica de brazada o el ritmo. Una buena respiración te permite nadar con más comodidad, prevenir lesiones y aprovechar al máximo tu capacidad pulmonar. La práctica regular, los ejercicios fuera del agua y una correcta exhalación te ayudarán a ganar seguridad y fluidez en el medio acuático.
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